martes, 14 de febrero de 2012

HIGIENE SEXUAL EN LA MUJER

Higiene: Es recomendable limpiarse después de cada deposición de la vagina al ano, para evitar que los gérmenes provoquen infección genital.
En la limpieza genital diaria no conviene enjabonarse los labios para evitar irritación de los tejidos de la vulva.
Es recomendable tomar duchas o baños regulares durante la menstruación. No utilizar, salvo prescripción médica, irrigaciones ni desodorantes vaginales.
Después del coito, un lavado vaginal no sólo es ineficaz anticonceptivamente hablando, sino altamente no recomendable, ya que se destruye la flora vaginal aumentando los riesgos de infección. Cualquier secreción extraña debe ser consultada con el médico.
Autoexamen: Mediante el examen regular de los pechos pueden detectarse bultos, cambios en la forma o secreciones de los pezones. La mujer debería examinarse los pechos una vez al mes. Lo mejor es hacerlo dos o tres días después de la mestruación, cuando es menos probable que los pechos estén sensibles.
Tras la menopausia, la mujer debe explorarse los senos el mismo día todos los meses. Un bulto podría ser un tumor maligno, aunque es más probable que no sea nada serio: tal vez se deba al síndrome premenstrual, o un quiste (un saco lleno de fluido), un fibroadenoma (un bulto firme e indoloro) o un absceso (una acumulación de pus). La secreción cervical o de los pezones es un procedimiento rutinario de examen que permite la detección temprana de células anormales en el cérvix.
El test debe efectuarse por todas las mujeres sexualmente activas cada tres años. La prueba de la mucosidad cervical es muy importante para quienes tengan herpes genital, ya que está asociado con un mayor riesgo de cáncer. También es importante que cualquier mujer que haya tenido relaciones sexuales con un hombre con verrugas genitales se haga una revisión cada año durante toda su vida, ya que tiene más posibilidades de desarrollar una condición precancerosa en el cérvix.

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